Después de semanas de tensiones por el cobro de un peaje en la hidrovía Paraguay-Paraná, el gobierno de Santi Peña tomó la decisión de cortar la energía que le envía a Argentina a través de Yacyretá. La medida agrava el déficit energético argentino y motivó una dura respuesta del ministro de Economía y candidato a presidente, Sergio Massa.
Peña, que se encuentra de gira por Nueva York, dijo que la decisión no es una venganza por la crisis en la hidrovía, como había anticipado la semana pasada junto a parte de su gabinete. Dijo que Paraguay espera cobrar la deuda de 150 millones de dólares que Argentina sigue sin pagar. Su vice, Pedro Alliana, agregó desde Asunción que de los 18 millones de dólares mensuales que pagaba Argentina por esa energía cedida terminó pagando 10 millones.
«Nos cobran 26 dólares el mega y a Brasil 18 dólares, no vamos a seguir pagando esa tarifa, exigimos el mismo trato», afirmo un funcionario muy cercano al ministro.
La noticia cayó muy mal en Buenos Aires, donde el gobierno viene soportando días intensos de amenazas por parte de la administración de Peña. Pero a diferencia del conflicto por el peaje o la posición paraguaya frente al FMI -el presidente paraguayo confirmó que no apoyaría a Argentina en el organismo-, la provisión de energía es una cuestión extremadamente sensible.