El directorio de Fondo Monetario Internacional (FMI) aprobó este miércoles un desembolso de u$s7.500 millones para la Argentina, informaron fuentes oficiales.
El board se reunió esta mañana para dar la luz verde a la quinta y sexta revisión del programa y liberar esa cifra que en Economía describen como el segundo desembolso más grande de la historia del FMI.
En Washington está el ministro Sergio Massa, que esta tarde se reunirá con Kristalina Georgieva, la jefa del organismo. El FMI aún no ha divulgado los detalles de la reunión, que habitualmente difunden en un comunicado.
El visto bueno tardó varios meses en llegar. Los técnicos de Economía y los del Fondo negociaron desde abril una revisión del programa debido a los efectos de la sequía y ponerse de acuerdo demoró más de lo que el ministro esperaba. Finalmente, el 28 de julio los técnicos elevaron un reporte (staff report) al directorio ejecutivo que, luego de su receso veraniego de principios de agosto, se reunió para aprobarlo.
En el medio se llevaron a cabo las PASO, en las que triunfó el candidato libertario Javier Milei, y hubo turbulencias en los mercados que llevaron a anticipar una devaluación que venía exigiendo el Fondo y que aún no se había concretado. Massa asegura que el organismo quería un 60% y que él logró bajarla al 22%, aunque desde el FMI nunca confirmaron esos números.
Los técnicos del Fondo ya habían advertido que la economía argentina se había vuelto “muy desafiante” y que los objetivos no se habían cumplido por el impacto de la sequía, pero también por “desvíos y retrasos en las políticas”.
La próxima revisión (séptima) tendrá lugar en noviembre. Allí el Fondo debería desembolsar otros US$2.500 millones, pero todo está sujeto a que la Argentina cumpla con los objetivos pactados. En el medio deberá transitar un período muy complejo, con la incertidumbre de las elecciones de octubre en el medio y quizás un ballotage.
La confirmación se conoció en la víspera del encuentro entre el ministro de Economía, Sergio Massa, y la directora del FMI, Kristalina Georgieva, en Washington.