El país Europeo enfrenta una descomunal crisis hídrica dada la inusual aridez en su verano 2023–salvo áreas de baja precipitación– y ahora 119 municipios están desprovistos de agua de la canilla, afectando así a 30.000 ciudadanos, así lo comunicó este martes (01/08) el ministro de Transición Ecológica de Francia, Christophe Bechu.
Municipios a lo largo de la «costa del mar Mediterráneo desde el lado de los valles de los ríos Ródano y Saona» están sin agua por cortes en el suministro dado los bajos niveles en aguas subterráneas, según lo confirmó el gobierno francés.
«Hemos superado el hito de 100 municipios privados de agua potable», dijo Christophe Béchu en diálogo con la emisora radial France Inter. «Hoy hay 119 municipios que tienen dificultades de agua potable”, detalló el ministro.
Christophe Bechu también agregó que lo que queda del verano francés estarán en un nivel más bajo, pero seguramente volverán “a tener muchos municipios afectados por cortes (de agua) puntuales o temporales”.
De hecho, según el ministro, el 62 % de las aguas subterráneas que son las principales reservas de agua potable, se hallan en niveles sumamente preocupantes, incluso un 20% en niveles al borde de lo “seco”.
En este escenario, en los Pirineos Orientales solo se podrá utilizar el agua para beber y queda expresamente prohibido lavar autos, regar jardines y llenar piletas, tal como en otras jurisdicciones con medidas de racionamiento del agua.
La Oficina de Investigaciones Geológicas y Mineras (BRGM) que monitorea en Francia las aguas subterráneas, reveló que al 31 de julio una treintena de departamentos metropolitanos se encuentran en nivel de crisis de sequía, lo que limita el uso del agua solo a usos prioritarios.
En los últimos tres años varios países equidistantes y en otro continentes, tal como Uruguay que tuvo que reglar sachets de agua ante la decrecida de la reserva Paso Severino y afluentes, están sumidos en sequías y pese a temporadas de lluvias bajas no logran erradicar la aridez del suelo dado el calentamiento global (por gases de efecto invernadero sumado a fenómenos meteorológicos estivales), tal como contó Urgente 24.
No es un caso menor el caso puntual de Argentina, en donde la región pampeana y casi el 55 % del campo padecieron la sequía que diezmó sus cosechas y hasta provocó la sobreproducción para ser una plaga del astilo moteado en el verano pasado, afectando varios puntos del PBI.
Los casos actuales de sequía en climas templados, según los científicos, serán moneda corriente y no una excepcionalidad dado el cambio climático, por lo que los gobiernos deben contemplar el financiamiento de obras y la previsión económica ante épocas de ‘flaquez’.
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