El incremento interanual del 7,2% en los giros del Estado nacional a las 23 provincias y la Ciudad de Buenos Aires en concepto de Coparticipación Federal de Impuestos dio lugar a manifestaciones de optimismo en gobernadores y ministros de Hacienda, pero la alegría se esfumó al poco tiempo, luego de comprobar que la suma de todas las transferencias arrojó nuevamente una desmejora.
En el último mes de 2024, las transferencias automáticas ( Coparticipación, leyes especiales y compensaciones por el Consenso Fiscal) a las 24 jurisdicciones subnacionales ascendieron a $4.425.567 millones, con una suba nominal del 120,2% respecto de diciembre de 2023, que, al ser levemente superior a la inflación proyectada, permitieron mostrar un crecimiento del 1,4% en términos reales.
El dato fue parcialmente opacado por la difusión de las transferencias no automáticas o discrecionales, que se dio a conocer poco después y que dejó en evidencia que los recursos pagados alcanzaron a $221.934 millones, con una caída interanual nominal del 34,7%, que fue del 69,9% tomada a valores constantes.
De todos modos, una primera impresión pudo dejar lugar al optimismo inicial: la caída porcentual de las transferencias no automáticas fue una de las menores de 2024, después de las de septiembre y octubre y, principalmente, el alza en los recursos coparticipados podía inclinar la balanza, debido a que se tratan de los principales dentro del conjunto de transferencias.
La cuenta completa
Sin embargo, la cuenta completa deja en claro que la caída de las transferencias no automáticas pudo más que el aumento de la Coparticipación.
En ese sentido, la suma de las transferencias automáticas y no automáticas (en definitiva, el dinero es fungible y a las provincias lo que les interesa es cuántos recursos reciben en total) dio en diciembre un total de $4.467.501 millones, un 97% más que los $2.267.878 de diciembre de 2023 en términos nominales.
Con una inflación proyectada en torno al 118%, los recursos transferidos mostraron una caída real del 9,6% respecto de un diciembre de 2023 ya comenzaba a mostrar los primeros efectos de la “motosierra” y la “licuadora” que en 2024 se aplicaron con mayor intensidad.