La inflación licuó los subsidios a la mitad de su valor real

Los subsidios que el Estado nacional otorgó a diferentes sectores económicos, empresas publicas y fondos fiduciarios ascendieron a $ 6.028.062 millones en los primeros ocho meses de 2024, un monto que puede impresionar pero que en rigor deja en evidencia un recorte en términos reales del $ 3,3 billones respecto del mismo periodo del año pasado y de $ 4,9 billones si la comparación se remonta a enero-agosto de 2022.

El ahorro que implicó que los subsidios hayan aumentado nominalmente un 140,8%, que en los hechos significó un 35,7% menos que la inflación, fue determinante en el resultado fiscal que el Gobierno exhibe como uno de sus logros principales, al punto que representó casi la mitad de todo el superávit primario y seis veces más que el superávit financiero.

A su vez, dejó en evidencia el uso de la “licuadora”, uno de los recursos que, en tanto siga la tendencia a la desaceleración de la inflación, va quedando relegado en favor de la “motosierra”: los recortes nominales ya no podrán diluirse en términos reales como en los primeros meses del año.

Menos subsidios, más tarifas

Dicho de otro modo, el incremento en las tarifas de los servicios de energía eléctrica y gas natural -contracara de los recortes de subsidios en esas áreas- fue uno de los factores principales del equilibrio fiscal que el presidente Javier Milei asegura permanentemente que defenderá hasta las últimas consecuencias.

Pero si bien la reducción de los subsidios a valores constantes se agudizó a lo largo de 2024, el proceso tuvo un inicio a partir de junio de 2022, cuando el por entonces ministro de Economía, Martín Guzmán, pudo convenir con su secretario de Energía, Darío Martínez, un esquema de segmentación tarifaria para los usuarios de luz y gas según sus niveles de ingresos, que aún continúa vigente.

De esa manera, si bien no de manera abrupta, comenzó una tendencia declinante de los subsidios, que se reflejó en una caída del 14% en términos reales en los primeros ocho meses de 2023, porcentaje que luce modesto ante la caída del 35,7% en el mismo lapso de este año, según los informes de la Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera Pública (ASAP).

Si se consideran los dos períodos acumulados, la rebaja real de los subsidios alcanzó al 44,7%, es decir que a valores constantes hoy representan el 55,3% de lo que fueron entre enero y agosto de 2022.

Qué se espera para 2025?

La tarea proseguirá en 2025, a juzgar por los datos publicados en el proyecto de ley de Presupuesto, que prevé un nuevo recorte, esta vez del 19,2%.

En el apartado “Servicios económicos” (en la terminología presupuestarios no se hace referencia a la palabra “subsidios”) se indica que estas transferencias pasarán de $ 10.355.855 millones en 2024 a $ 10.663.348 millones, un incremento nominal del 3%, con una caída en su participación en el PBI del 1,8% al 1,4%.

La evolución de los principales componentes de los subsidios económicos no será homogénea el año que viene, en el que la convocatoria a las elecciones generales para la renovación de 130 diputados y 24 senadores no pasará inadvertida tanto en el oficialismo como en la oposición.

De acuerdo con diferentes analistas, esa puede ser una de las razones que explique que las transferencias para el Transporte se aparten de la regla general y tengan una suba del 66% en términos nominales y del 30,7% a valores constantes, a diferencia del rubro “Energía, combustibles y minería”, para el que se prevé una baja real del 41,3%.

La otra cara de los aumentos de tarifas

En lo que va de 2024, los aumentos de tarifas en los servicios públicos tuvieron como contrapartida una reducción de $ 3.346.840 millones en el total de subsidios, que incluye otros rubros con menor incidencia en el total.

En el caso de Energía y Transporte -los principales destinos, 92,5% del total– los recortes en términos reales estuvieron en línea con la caída general del 35,7%, con descensos interanuales del 36,4% y 35,6%, respectivamente.

El principal destino de los subsidios es la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa), a través de la que se derivan los subsidios a las empresas generadoras. En los primeros ocho meses, concentró un monto de $ 2.669.033 millones, el 44,3% del total, en un período sujeto a marcadas oscilaciones.

Al respecto, debe tenerse en cuenta que gran parte de las variaciones que hubo a lo largo del año en la deuda flotante del Estado nacional obedeció a los pagos postergados a esas compañías y que, en el caso de Cammesa, se reflejó en cuatro meses de contracción en los subsidios (febrero, marzo, junio y agosto) y otros tantos de expansión (enero, abril, mayo y julio).

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