La producción de soja y maíz enfrenta un fuerte revés debido a las extremas condiciones climáticas que predominaron en la campaña 2024/25, a la que todavía le queda un intenso tramo por recorrer. Según la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), la cosecha de soja se estima en 47,5 millones de toneladas (Mt), lo que representa una caída de 5 Mt respecto a las previsiones iniciales de septiembre. En tanto, la producción de maíz se ajustó a 46 Mt, marcando una reducción de 6 Mt respecto a las proyecciones de inicio de campaña y 2 Mt menos en comparación con la estimación de enero.
Este recorte productivo responde a una combinación de factores climáticos extremos: tres olas de calor consecutivas con temperaturas que superaron los 40°C en la franja central y norte del país, sumado a una prolongada sequía que afectó severamente a los cultivos. En algunas regiones, como Chaco, se registraron temperaturas nocturnas superiores a 32°C y niveles de humedad relativa de apenas 20%, condiciones que agravan el estrés hídrico en los cultivos.
Las elevadas temperaturas y la falta de precipitaciones provocaron abortos de flores y chauchas, pérdida de hojas y plantas en la soja de primera siembra, lo que repercute directamente en el rendimiento esperado.
En cuanto a la soja de segunda el golpe de calor generó pérdidas aún más severas, con reducciones de entre el 30% y el 70% en los rindes potenciales. Se estima que al menos 780.000 hectáreas podrían quedar fuera de la cosecha, representando una merma considerable para la producción total.
De haberse registrado lluvias regulares, la cosecha de soja podría haber alcanzado 52-53 Mt. Sin embargo, ante la realidad climática actual, la BCR proyecta un rendimiento promedio nacional de 27,6 quintales por hectárea (qq/ha), lo que deja una producción final de 47,5 Mt, es decir, 2,5 Mt menos que la campaña anterior (50 Mt).
Los rendimientos esperados en las principales provincias productoras reflejan el fuerte impacto del déficit hídrico: en Buenos Aires se cosecharían 27,3 qq/ha (vs. 31,4 qq/ha en 2023), en Córdoba cerca de 30,0 qq/ha (vs. 31,3 qq/ha en 2023) y por último en Santa Fe se levantarían 30,9 qq/ha (vs. 39,1 qq/ha en 2023).
El maíz también se ha visto fuertemente afectado por la falta de agua. El maíz temprano, sembrado en octubre, enfrentó condiciones extremas durante la floración, lo que impactó en el tamaño y desarrollo de las mazorcas. Por otro lado, el maíz tardío atraviesa una etapa crítica, con la floración en curso y una necesidad urgente de lluvias en los próximos 10 días para evitar más pérdidas.
Para el cereal, el rendimiento promedio nacional proyectado es de 70,5 qq/ha, con ajustes a la baja en las principales provincias productoras: Buenos Aires tendría una caída de 3,8 qq/ha, Córdoba de 4,8% u la caída en Santa Fe sería de 2,8 qq/ha.