La eliminación del impuesto Por una Argentina Inclusiva y Solidaria (PAIS) dejará a partir de 2025 a la Administración Pública Nacional con el desafío de consolidar el equilibrio fiscal sin uno de los principales aportes que tuvo a lo largo de 2024, al punto que su recaudación explicó por sí sola el superávit financiero de noviembre y lo sobrepasó en todo el año.
No obstante, el Gobierno confía en que los recortes al gasto, en un contexto en el que anunció que profundizará la “motosierra”, y una mejora de la recaudación por el crecimiento de la actividad económica ayudarán no solo a conseguir ese propósito, sino también a proseguir con la eliminación de tributos.
El propio presidente Javier Milei lo adelantó en su mensaje del 10 de diciembre, en ocasión de celebrarse su primer año de gestión, cuando expresó que en 2025 comenzará el proceso que desembocará en la derogación del “90% de la cantidad de impuestos” de jurisdicción nacional, por lo que se espera que una vez cumplido ese propósito quedarán no más de 5 de los 45 tributos con lo que la APN cuenta en la actualidad.
El objetivo es ambicioso, pero no inalcanzable, ya que la mayor parte de los impuestos, tasas y contribuciones tienen una participación marginal en la recaudación total.
El próximo paso
En ese marco, el secretario de Finanzas, Pablo Quirno, adelantó que entre los próximos objetivos entre los impuestos a eliminar figura el de los Créditos y Débitos Bancarios, conocido popularmente como impuesto al Cheque, otro de los tributos “transitorios”, cuya creación se remonta a marzo de 2001.
Si bien su plazo de vigencia expira el 31 de diciembre de 2027, no se descarta que Milei se anticipe a esa fecha para disponer su derogación, aunque también en los cálculos oficiales juegan un rol especial los derechos de exportación o retenciones, mucho más después del compromiso expresado por el propio Milei ante la Sociedad Rural, al inaugurar la exposición de la entidad el 28 de julio pasado.
“Venimos a bajar impuestos y lo vamos a seguir haciendo como hicimos desde el primer día”, manifestó Quirno en un posteo de su cuenta de X, en el que agregó: “ya bajamos el peor impuesto, el inflacionario. También bajamos BBPP (Bienes Personales) y eliminamos impuesto PAIS. Nuestro objetivo es ir por Débitos y Créditos y Retenciones, manteniendo el equilibrio fiscal, que es innegociable”.
Una “transición” que lleva 23 años
El impuesto al Cheque fue creado en marzo de 2001 mediante la ley 25.413 durante la Presidencia de Fernando de la Rúa, a instancias del por entonces flamante ministro de Economía, Domingo Cavallo, en una de sus primeras medidas de su segunda etapa al frente del Palacio de Hacienda.
El propio Cavallo había desactivado un impuesto de características similares en 1992 por considerarlo “distorsivo”, al igual que la opinión de la mayoría de los especialistas en tributación, pero nueve años después lo reinstaló como un gravamen “virtuoso”.
Su duración se extendía originalmente hasta fines de 2002, pero fue prorrogada en varias ocasiones, hasta que la ley 27.702, en la Presidencia de Alberto Fernández y con Sergio Massa como ministro de Economía, dispuso en la última prórroga su vigencia hasta fines de 2027.
En los primeros once meses de 2024, la recaudación del impuesto al Cheque ascendió a $ 8.402.300 millones, el 7,1% del total, y representó ingresos incluso superiores a los aportados por el recientemente eliminado impuesto PAIS.
Entre los tributaristas, la opinión mayoritaria es adversa al impuesto al Cheque, por entender que dificulta la formalidad de las pymes, los cuentapropistas, los emprendedores y la población en general, al implicar un costo adicional a las operaciones en el circuito bancario y alentar los pagos por fuera de él.