El presidente saliente, Alberto Fernández, habló públicamente por primera vez luego del balotaje de este domingo que consagró a Javier Milei como su sucesor. Lo hizo luego de la reunión entre ambos en la Quinta de Olivos, en la que comenzaron a programarse los términos de la sucesión presidencial y la transición democrática.
En una entrevista en el canal colombiano NTN24, el jefe de Estado, que dejará su cargo el 10 de diciembre, aseguró no sentir responsabilidad por el resultado del proceso electoral de este año. «Nuestro espacio debe replantearse cosas», afirmó.
En esa línea, dio una primera explicación sobre la derrota del peronismo: «No hemos podido sintonizar con mucha gente del pueblo, porque este es un gobierno que ha atravesado cuatro años de muchos problemas». Y agregó un mensaje hacia dentro de la coalición: «Estoy llamando a la reflexión, no estoy buscando culpables».
Fernández se mantuvo alejado de la campaña del oficialismo, habiendo anunciado tempranamente que no competiría por la reelección. Durante el proceso electoral, priorizó la agenda internacional y se mantuvo distante de la situación actual en el país. De ese modo, el objetivo fue divorciar al candidato de Unión por la Patria, Sergio Massa, de la gestión actual, cuya apreciación no suele ser positiva.
Fernández enunció los problemas que tuvo que afrontar durante su administración, tales como la deuda contraída por Mauricio Macri, la guerra en Ucrania, y la sequía, entre otros. Y contrarrestó esos hechos con algunos de los logros de la gestión: «Somos el gobierno que más obras públicas ha hecho en democracia», aseguró.
Y destacó: «Cuando uno pone eso, ante la adversidad que vivimos, los resultados deberían ser más ponderables».
Fernández compartió buenos deseos para la gestión del presidente electo. En ese sentido, señaló: «Ojalá el nuevo presidente haga las cosas bien, no comparto muchas de sus miradas, pero si le va bien, le va bien a la Argentina, y yo no quiero ser un obstáculo».
Fernández evitó hablar sobre la reunión con Milei en la Quinta de Olivos. «Los cambios en democracia deben ser siempre fáciles. Lo que hablé con él, queda entre él y yo», dijo al respecto.
Sin embargo, informó que en la cumbre se pudieron desarrollar «temas nacionales e internacionales» y que se trató de una «reunión institucional que reclamaba seriedad«.
«Fue una reunión cordial, amable, que se prolongó por más de dos horas», expresó Fernández.
Alberto Fernández habló de su relación con la vicepresidenta Cristina Kirchner, con quien aseguró que termina su mandato «enfrentado».
«Por un lado me piden que sea obediente y por el otro lado que tenga la lapicera», cuestionó el mandatario sobre los fuertes reclamos que recibió del kirchnerismo duro durante su gestión.
Y fue en este punto que planteó: «Los medios argentinos decían que yo era un títere y resulta que el títere es el único que termina enfrentado con Cristina Kirchner».
En una extensa entrevista con el medio uruguayo El Observador, Fernández insistió: «Muy títere no era, ese era el problema. Y la queja de no me escuchan, no es que no escucho. Oír, escucho, porque además me lo dicen por escrito. Pero lo que pasa es que no siempre estoy de acuerdo y lo que yo quería era que Argentina subiera la vara en un montón de cosas».
Respecto a su futuro, el presidente saliente adelantó que estará en Europa. «Probablemente viaje a España porque tengo algunas ofertas de universidades allá. Posiblemente aproveche para tomar distancia y dejar que el nuevo presidente trabaje», contó.
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