La presencia de la carne vacuna en la dieta de lo argentinos es una característica que también deja su marca en la inflación, otra de las pasiones nacionales.
A pesar de que el consumo por habitante se redujo significativamente en los últimos años, ya sea por razones económicas como de salud o de nuevos hábitos de alimentación, su participación en los gastos familiares sigue constituyendo uno de los principales componentes.
Uno de cada 10 pesos, carne
De acuerdo con la ponderación del Índice de Precios al Consumidor (IPC) del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), los gastos en carne y derivados representan en promedio cerca del 10% del total, con una mayor participación en el Interior del país.
Es por eso que las variaciones en el precio de la carne cobran una importancia especial para los argentinos, en tanto inciden como ningún otro producto en la inflación general, tanto cuando aumentan como cuando se estabilizan e incluso en las contadas ocasiones en las que bajan.
El contraste entre febrero y marzo
Por sus contrastes, febrero y marzo muestran como en pocos casos ese fenómeno: el mes pasado, la disparada en el precio de la carne obligó a la mayoría de las consultoras a corregir sobre la marcha sus previsiones inflacionarias para el mes, al punto de cambiar lo que inicialmente parecía una confirmación de la desaceleración respecto del 2,2% de enero, a presentar informes con incrementos superiores a esa marca.
La primera semana de marzo revirtió esa tendencia y, como en otras ocasiones, el precio de la carne podría impactar de manera positiva en la inflación del mes y retomar la tendencia declinante.
En ese sentido, el informe de la consultora LCG, que habitualmente releva los precios de los alimentos en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), reflejó una suba de 0,2% en el precio de la carne en la primera semana de marzo, con un aporte de apenas 0,07 punto porcentual en la suba general de 0,8%.
La variación es completamente diferente a la de febrero, cuando el rubro Carnes tuvo un alza del 6,2% y una incidencia de 1,91% en la inflación general de alimentos, según la medición de la consultora dirigida por Javier Okseniuk.
Para tener una cabal dimensión del impacto del aumento del precio de la carne en febrero, cabe señalar que según la medición de LCG, la inflación de alimentos del mes fue del 3,3%, el mayor porcentaje desde julio del año pasado.
Qué se espera para marzo
Queda por esperar la evolución de los precios en lo que resta de marzo para comprobar si lo ocurrido el mes pasado fue un repunte aislado o, por el contrario, el inicio de una tendencia ascendente.
En la primera semana de marzo, los cuatro rubros que superaron el 0,8% promedio fueron Productos lácteos y huevos (4,2%), Condimentos y otros productos alimenticios (2%), Verduras y Frutas (ambos con 0,9%).
Por debajo de ese nivel estuvieron Productos de panificación, cereales y pastas (0,6%), Aceites (0,5%), Azúcar, miel, dulces y cacao (0,4%), Carnes (0,2%), Comidas listas para llevar (0%) y Bebidas e infusiones para consumir en el hogar (-0,4%).