Milei quedó a un paso de tener superpoderes

No habrá más excusas para llevar a cabo la revolución liberal propuesta por la administración de Javier Milei si el Senado termina dándole sanción definitiva a la ley Bases, que fue aprobada en general por amplia mayoría en Diputados, iniciando el camino de profundas reformas económicas y poniendo en cuestión el statu quo que rige las relaciones laborales, financieras y económicas en la Argentina desde la caída de la Convertibilidad a la fecha.

En ese sentido, la exitosa parábola de un Presidente electo por amplio margen en el ballotage, frente al candidato del Frente de Todos que proponía una continuidad de lo actuado durante los gobiernos kirchneristas, que obtuvo el mando sin una importante representación legislativa que defienda sus ideas y sin gobernadores e intendentes que lo acompañen, llega a su fin, en el momento exacto en el que los legisladores nacionales le delegarán amplios poderes en materia administrativa, energética, económica y financiera.

Milei con superpoderes: qué facultades tendrá el Presidente

Entre otros puntos, Milei podrá «dinamitar» organismos de la Administración Pública Nacional, inclusive podrá meter mano en organismos descentralizados, con patrimonios y personerías jurídicas propias, para eliminar, reformar, achicar, fusionar, transferir a otras jurisdicciones, en suma, pasar la motosierra con la ley en la mano. El famoso ajuste de la política y el Estado propuesto en campaña, ahora institucionalizado.

En este contexto, la oposición logró algunos puntos. Porque quedarán exceptuados organismos por lo que la población se ha movilizado expresamente. Por ejemplo, no se podrán cerrar ni el Conicet, ni la ANMAT o el laboratorio Malbrán, y, tampoco correrán riesgo de clausura el INCAA, el INCUCAI, el ENACOM, el INPI y el INTA, así como la Autoridad Regulatoria Nuclear, la CONAE, la CONEAU, y, por último, pero no menos importante, la Comisión Nacional de Valores y la Unidad de Información Financiera (UIF).

A estos organismos Milei no podrá dinamitarlos o sacarlos del pizarrón donde estaba el organigrama del Estado Nacional al grito de «Afuera» como se viralizó en su campaña electoral.

Pero sí podrá realizar reformas en todos ellos y muchos sindicalistas estatales temen que termine por dejarlos en «coma», que los «vuelvan irrelevantes» según un dirigente de las 62 organizaciones justicialistas.

Hay un capítulo amargo para el gobierno de Milei. No pudo con la privatización o la apertura al capital privado a la brasileña, por la composición accionaria del Bando do Brasil, del Banco de la Nación Argentina.

Por ahora la entidad bancaria más importante del país continua como está. Por ahora, advierten en voz baja en los pasillos del primer piso de la Rosada donde está el poder presidencial.

Por lo demás, habrá nueve grandes privatizaciones en el corto plazo. A saber, Enarsa, Aerolíneas Argentinas, Intercargo y Radio y Televisión Argentina podrán ser privatizadas en su totalidad. AySA, corredores viales, trenes y rutas y el Correo Argentino, serán concesionadas.

Además, contará con el blanqueo que ninguna composición parlamentaria negó jamás a un presidente que lo pidió. Sólo Néstor Kirchner no pidió un blanqueó porque Roberto Lavagna le presentaba superávits de cuentas gemelas.

El resto de los presidentes de la democracia tuvieron sus propios blanqueos. Y, Milei tendrá su Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones (RIGI) que cuenta con un amplio menú de beneficios fiscales, aduaneros, cambiarios y, hasta con garantías estatales, para aquellos que presenten proyectos superiores a los 200 millones de dólares.

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